Psiquiatra propone liberalizar las drogas
Mar, 02/06/2009Luis Velásquez C.
Si la propuesta de liberalizar las drogas vendría de un político urgido de unos minutos de fama, lo más sano sería no darle bola. Pero si en cambio –como sucede en este caso– el planteamiento proviene de una de las mentes más reconocidas en el mundo de la psiquiatría local, lo más inteligente es escuchar sus argumentos.
Enrique Galli es un hombre que lo ha ganado todo en el Perú: reconocimiento, posición y experiencia. Tiene 38 años ejerciendo la psiquiatría y conoce bien eso que él llama enfermedad: la drogadicción.
Por eso está convencido de que ha llegado el momento de que el Estado tome una decisión: “liberalizar las drogas, lo que significa despenalizar su venta para frenar el avance destructivo de las mafias y reducir el daño a la sociedad”.
Y también por una razón económica: “Toda esa inmensa fortuna que generan las drogas en el exterior podría quedarse en el país y ser empleada por el Estado”.
NO HAY OTRO CAMINO
Esto que parece una contradicción es un postulado que hace Galli desde la seriedad de su cargo, títulos y funciones: jefe del Departamento de Psiquiatría de la Clínica Ricardo Palma, miembro de la Sociedad de Psiquiatría peruana y latinoamericana, presidente de la Federación de Neurofarmacología y docente universitario.
Y es que, según Galli, no queda otra salida cuando hay un Estado que no hace nada por atender el problema de la drogadicción, o cuando trata al adicto como un delincuente en vez de un enfermo. “No solo este gobierno, ninguno de los anteriores gobiernos se interesó en el tema. Todos han cerrado los ojos y han preferido ver a los drogadictos como una lacra”.
El psiquiatra también cree que la drogadicción en el país es un tema de salud pública (5% de la población es adicta a alguna droga), pero el Estado no lo ve así. “En Colombia y otros países hay programas para tratar a los drogadictos. Los tratan en clínicas, mediante seguros médicos. Acá en cambio ningún seguro reconoce la atención psiquiátrica de una persona y menos la de un drogadicto”.
“Por ello –insiste Galli– la mejor solución es que el Estado se haga cargo de la venta controlada de las drogas. Por supuesto, esto no deberá ocurrir de un día para otro”.
CAMPAÑA EDUCATIVA
Todo esto, por cierto, señala Enrique Galli, debería estar antecedido de una fuerte campaña educativa e informativa de varios años, en la que se informe a los estudiantes y la sociedad sobre lo nocivas que pueden ser las drogas como la cocaína cuando son inyectadas o fumadas. O cuando son inhaladas en grandes cantidades “como ocurre ahora que las mafias controlan la venta de las drogas”.
El profesional termina señalando que “hace 20 años la OMS decía no a las drogas, pero hace un año dijo que habría que buscar una mejor solución, y empezó a hablar de la reducción del daño”.
Las drogas sintéticas
La liberalización y la despenalización “progresivas” de las drogas evitarían el crecimiento del consumo de las drogas sintéticas que son más dañinas para el organismo, como el éxtasis “que es anfetamina pura y que es más peligrosa que la cocaína”.
Enrique Galli asegura que no es defensor de las drogas y que tampoco promueve el consumo de estas. “Solo soy realista y no apoyo las hipocresías”.
Galli asegura que la drogadicción es una enfermedad que tiene cura, pero que para ello el paciente debe primero ser visto como tal por el Estado, su familia y entorno social, “y no como delincuente que sólo halla rechazo”. (Edición impresa La República)
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