Debido a su entrega, a su honestidad, creyó que eso jamás le iría a pasar, pero ocurrió: la despidieron. Lloró un día, al otro se levantó. Hoy factura millones (y agradece a su ex empleador)
Por: Antonio Orjeda
La oportunidad había estado siempre allí, ante sus ojos. Margoth no la vio sino hasta que la echaron de una empresa estatal en vías de privatización. La necesidad hizo que por fin viera ese camino que estaba aguardando por ella, y que la ha convertido en una mejor profesional, en una mejor persona, en una mejor mamá. Con ustedes, el motor y motivo del éxito de Service Prorecove, una empresa que crece junto con cientos de ferreteros.
En el 94 usted tenía 40 años y, después de dos décadas en Sider-Perú, la despidieron…
Sí, sentí que el mundo se me derrumbaba ¡No entendía! Decía: “¿He trabajado tanto, he dado tanto, he sido honesta?”.
No solo a usted, también a su marido.
A los pocos meses. Mi hija tenía 6 años, estábamos tratando de establecernos en Lima [habían llegado de Chimbote]. Buscábamos comprarnos algo, pero vivíamos de un sueldo.
Se quedaron sin sueldo. ¿Cómo fueron esos primeros días?
El día que me botaron lloré muchísimo, pero a mí me botan un 25 de julio y el 26 de julio ¡yo creé mi empresa! ¿Sabes qué fue lo que a mí me hizo triunfar? ¡Mi honestidad! En esa época se coimeaba mucho, y yo nunca acepté eso… y por eso hubo clientes que me apoyaron cuando yo salí... Yo notaba que los clientes de provincias depositaban su dinero y, como era una época de mucho libertinaje por parte de la cúpula directiva, a la gente de provincia (que hacía pedidos menores) ¡no le hacían caso! Los atendían cuando querían. Había un vacío, ¡y ese fue el vacío que yo decidí atender!
¿Cómo nació la idea?
Dije: “¡Eso no puede ser!”. Conversé con mi esposo, teníamos que capitalizar ese vacío (agrupar varios pedidos menores a fin de hacerle uno realmente importante a la empresa y así lograr una atención inmediata). Al día siguiente me llamó un cliente pensando que seguía en Sider-Perú. “Señor Sebastián, me han despedido, pero he formado una empresa; si desea, podemos seguir trabajando juntos”. “Pero, ¿el precio es el mismo?”. “El mismo”.
Tenía 20 años en esa empresa. En todo ese tiempo, ¿jamás se le ocurrió iniciar algo propio a sabiendas de que eso podía pasar?
No.
A veces, la estabilidad laboral aletarga.
Te pone parámetros…
Fue su honestidad la que hizo que Prorecove surgiera.
Mi honestidad y persistencia. Los clientes comenzaron a depositar [el dinero para los pedidos], ¡yo me quedaba admirada!
Su buena imagen fue fundamental en esto.
¡La honestidad! Y también que pensamos mucho en el crecimiento del otro.
elcomercio.com.pe, 30 de Junio del 2009
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