martes, 8 de junio de 2021

En una elección como esta es bueno recordar la Junta Militar de 1962



Hace 59 años Perú vivió una situación electoral tan difícil como la que vivimos ahora, así que las fuerzas armadas tuvieron que tomar cartas en el asunto, e hicieron un golpe de estado y proclamaron nuevas elecciones, las cuales se hicieron el año siguiente. Esta es la historia.

El golpe de Estado de Perú de 1962 fue un golpe de Estado institucional propiciado el 18 de julio por el entonces Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú General Ricardo Perez Godoy contra el gobierno saliente de Manuel Prado Ugarteche por presuntas irregularidades en el proceso electoral de ese año.

En las elecciones generales de 1962, convocadas para el 10 de junio por el entonces presidente peruano Manuel Prado Ugarteche, se presentaron como candidatos al sillón presidencial César Pando Egúsquiza del Frente de Liberación Nacional, Luciano Castillo Colonna del Partido Socialista del Perú, Alberto Ruiz Eldredge por el Movimiento Social Progresista, Héctor Cornejo Chávez de la Democracia Cristiana, el expresidente Manuel A. Odría de la Unión Nacional Odriísta (UNO), el arquitecto Fernando Belaúnde por Acción Popular (AP) y Víctor Raúl Haya de la Torre del Partido Aprista Peruano, siendo estos tres últimos los aspirantes con mayores posibilidades.

Durante el proceso electoral y el conteo de los votos la prensa y las Fuerzas Armadas denunciaron una serie de irregularidades ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Los periódicos anunciaron que el gobierno de Prado y su partido, el Movimiento Democrático Peruano, favorecían al Partido Aprista, y lo consideraban como el partido oficialista.​ Por otro lado, se sospechó de la demora en la entrega de los resultados oficiales, así como una presunta adulteración de las cifras y de votos duplicados.

El resultado del escrutinio arrojó una victoria de Haya de la Torre, seguido del candidato Belaúnde de AP y en tercer lugar a Odría del UNO, pero ninguno pudo sobrepasar el tercio electoral (33% de los votos válidos) que exigía la Constitución vigente, por lo que tocaba al Congreso Nacional elegir al nuevo presidente entre los tres candidatos con más alta votación.​ Ante la situación, Haya de la Torre buscó el apoyo de Belaúnde, pero el arquitecto declinó ante la espera de la resolución del JNE frente a las denuncias de fraude. Haya de la Torre se encontraba vetado por las Fuerzas Armadas que amenazaron con sublevarse si el líder aprista era elegido como ganador, por lo que pragmáticamente pactó con Odría, un acérrimo antiaprista. Ambos candidatos contaban con gran apoyo parlamentario, e hicieron un acuerdo para que el segundo asumiera la Presidencia, y que Manuel Seoane Corrales, quien integraba la plancha electoral del APRA, asuma la Primera Vicepresidencia.

Las presuntas irregularidades en los comicios electorales, los temores a un gobierno con representación aprista y al caos económico y social de 1948, cuando ocurrió la revuelta del 3 de octubre durante el gobierno de José Luis Bustamante y Rivero, hicieron que las Fuerzas Armadas exigiesen la anulación del proceso electoral. El 17 de julio el JNE rechazó el pedido de anulación.​ Ante la negativa las FF.AA. dieron el primer golpe de Estado institucional de su historia.

El 18 de julio de 1962, a solo once días del cambio de gobierno, la guardia del Palacio de Gobierno se ausentó y a las 03:20 a.m., una división blindada comandada por el coronel Gonzalo Briceño Zevallos asaltó la sede del gobierno y detuvo al presidente Prado y a sus acompañantes.

Algunos sectores de la población, apristas en su mayoría, salieron a manifestarse en contra del golpe de Estado.

Ese mismo día se conformó una Junta Militar de Gobierno que anuló las elecciones y convocó a otras nuevas para 1963,​ mientras que el depuesto presidente Prado fue transportado al arsenal naval del Callao y embarcado en el BAP Callao (fondeado en la isla San Lorenzo) en el que estuvo secuestrado hasta el fin de su mandato, el 28 de julio. El 1 de agosto abandonó voluntariamente el país y se instaló en París.5

La Junta Militar de Gobierno fue formada por Ricardo Pérez Godoy, a la sazón Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, y tres ministros: al general EP Nicolás Lindley como Presidente del Consejo de Ministros y ministro de Guerra, al teniente general FAP Pedro Vargas Prada, como ministro de Aviación, y al vicealmirante Juan Francisco Torres Matos, como ministro de Marina.

El nuevo gobierno se propuso organizar unas nuevas elecciones programadas para 1963, para las cuales garantizarían la transparencia y el justo proceso. Para ello la Junta depuró y modernizó el Registro Electoral, y promulgó mediante Decreto Ley No. 14207 el nuevo Estatuto Electoral en el que se introducía por primera vez la cédula única y la cifra repartidora. Asimismo, se constituyó un nuevo Jurado Nacional de Elecciones.

Con toda la situación actual del Perú no sería una mala idea que se repita la historia.

lunes, 30 de julio de 2018

Consulta aquí si eres miembro de mesa en las Elecciones 2018 | ONPE


Consulta aquí si eres miembro de mesa en las Elecciones 2018 | ONPE

La ONPE publicó hoy los resultados del sorteo de miembros de mesa. En la selección se prefirió a los ciudadanos con mayor grado de instrucción y a quienes no han ejercido el mencionado cargo


El día jueves 26 de julio, la Oficina Nacional de Procesos Electorales realizó el sorteo de miembros de mesa que integrarán las 80.940 mesas de sufragio que se instalarán en todo el país, donde emitirán su voto 23 millones 375 mil uno electores.

El sorteo se desarrolló simultáneamente en cada una de las 94 Oficinas Descentralizadas de Procesos Electorales (ODPE), distribuidas en todo el país, entre los 25 ciudadanos seleccionados días atrás por cada una de las mesas de sufragio que se instalarán a nivel nacional.

En la selección, según el artículo 55 de la Ley Orgánica de Elecciones (Ley 26859), se prefirió a los ciudadanos con mayor grado de instrucción y a quienes no han ejercido el mencionado cargo.

Asimismo, se excluyó a los candidatos y personeros de los partidos políticos y alianzas electorales, funcionarios y empleados de los organismos que conforman el Sistema Electoral. También a las autoridades políticas y los miembros de los concejos municipales, los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, entre otros.

Consulta en este enlace si eres miembro de mesa.

Para cada mesa de sufragio se designó por sorteo al Presidente, Secretario y Tercer Miembro, así como a tres miembros suplentes. 

Los miembros de mesa son ciudadanos que constituyen las autoridades de una mesa de sufragio. El Presidente asume la representación de la mesa y la conducción de los actos principales; el Secretario y el Tercer Miembro tienen la obligación de apoyar las tareas de instalación, sufragio y escrutinio.

El cargo de miembro de mesa es irrenunciable, salvo que el ciudadano tenga un grave impedimento físico o mental, o la necesidad de ausentarse del país o ser mayor de 70 años.

El ciudadano que resulte sorteado miembro de mesa (titular o suplente) deberá ejercer esta función. De no hacerlo, deberá pagar una multa de S/207,50. Si no cumple con la función de miembro de mesa y a la vez no vota, se hará acreedor a dos multas, una por no ejercer el cargo de miembro de mesa y la otra por no votar.

-Tachas-

La ONPE informó que los resultados de sorteo de miembros de mesa están sujetos a tachas, que consiste en el recurso que interponen los ciudadanos contra la designación de determinados electores que han sido sorteados como miembros de mesa.

A través de las tachas, se busca impedir el ejercicio de los miembros de mesa el día del sufragio, por estar inmersos en algunas incompatibilidades previstas en la Ley.

Luego de la publicación provisional de la lista de miembro de mesa, el Jefe de la Oficina Descentralizada de Procesos electorales (ODPE) atiende las solicitudes de tacha interpuestas contra los miembros de mesa sorteados, verificando que estén debidamente sustentadas y las envía de inmediato al Jurado Electoral Especial (JEE).

viernes, 27 de julio de 2018

San Martín y Bolívar: dos ideas distintas para América



San Martín y Bolívar: 

Dos ideas distintas para América


San Martin y Bolivar en Guayaquil

Encontré esté artículo en el diario en linea La Nación de Argentina, es un artículo que trata de uno de los secretos siempre vigentes, el de la entrevista de San Martin y Bolivar en Guayaquil.

Cuando aquel 26 de julio de 1822 San Martín llegó al palacio de Guayaquil para el diálogo decisivo con Bolívar, ya había perdido sus ilusiones sobre el destino de América latina y tenía juicio formado sobre el militarismo heroico y vacuo del Libertador. En efecto, la violencia militar puede liquidar un orden establecido, pero no crearlo. Y éste es el punto crucial al que había llegado San Martín en su experiencia extrema de retorno a esa América de su primera infancia.

Había vivido hasta los 3 años en el paraíso subtropical de Yapeyú, sobre el Uruguay –el río de los pájaros–, y hasta los 7 en ese aldeón melancólico llamado Buenos Aires. Sus padres fueron trasladados a España y desde los 11 años su familia sería el ejército real durante 20 años de guerras, desde el norte de Africa hasta las batallas ganadas contra la invasión napoleónica.

Gozaba del mejor concepto y del rango de coronel. ¿Qué lo había decidido a enrolarse en la aventura de la independencia y volver sus armas contra su juramento? No era hombre de evocaciones ni de nostalgias. Tal vez tenía algunas imágenes de paraíso perdido: la ternura de su madre, los tucanes chocando sus picos en un rito de amor, la temida leyenda del yaguareté-í, la placidez cósmica del gran río.

España moría como imperio y tal vez San Martín ya no soportaba la decadencia y la corrupción del ocaso de Fernando VII.

San Martín había llegado a Guayaquil en el bergantín Macedonia. Bolívar le mandó a sus edecanes en traje de gran parada. A caballo recibió el homenaje de coraceros; entre centenares de banderas colombianas (Bolívar se había anexado Guayaquil en forma inconsulta), alcanzó el palacio donde el libertador lo estaba esperando.

Desde allí, ambos saludaron a la multitud. Eran dos hombres muy opuestos. Bolívar se movía con gestos rápidos y nerviosos; por momentos se erguía muy estirado, como suelen hacerlo los que tienen una estatura inferior a la media. Asumía con sublimidad de senador romano su figura de dimensión histórica.

Arando en el mar

Dominaba con generosidad y soltura toda circunstancia pública. Hablaba con energía y precisión. Se había formado en la riqueza. Conocía los clásicos y las vanguardias europeas. Se sentía ungido para una misión y estaba en el cenit de sus éxitos. Amaba los caballos, los libros, los dioses grecolatinos, la grandeza, las mujeres, las ideas liberales y republicanas de la Ilustración. Su amante incomparable era Manuela Sanz, vestida con uniforme de húsar, chaqueta roja y doble hilera de botones dorados. Cabellera negra derramada hasta enredarse en las charreteras color oro.

San Martín era circunspecto, poco sonriente. Adusto como el mismo Escorial. Llegaba a ese encuentro sin esperanza de cambiar su destino. Sentía seguramente que sería un milagro que Bolívar pudiese compartir un tema opuesto por completo a la visión del triunfo militar que lo exaltaba como estratego genial. San Martín había dejado todo preparado para regresar inmediatamente a Perú y reembarcarse hacia Chile.

Bolívar hacía de todo fasto una fiesta. Convocó a las familias distinguidas y al cabildo de Guayaquil a rendir homenaje al héroe sureño. San Martín la debe de haber pasado muy mal cuando Carmen Garaycoa, la adolescente hija de una amante del libertador, se acercó a él como una vestal griega y le colocó una corona de laureles y oro.

Desconcertado, se la quitó y se la devolvió a la niña murmurando que no merecía semejante homenaje. Luego, los héroes dialogaron a solas durante el almuerzo y al día siguiente se reunieron cuatro horas que serían para siempre famosas para nuestra historia.

Desde ese día en Guayaquil faltaban ocho años para la muerte trágica de Bolívar. San Martín, como un ángel premonitor, de algún modo le adelantó la frase que el libertador pronunciaría como un triste reconocimiento al expirar: "Hemos arado en el mar".

Apenas un desierto

Los historiadores no se detuvieron en el tema menor del comando para las batallas finales y del consiguiente renunciamiento. No fue el tema: Bolívar estaba ya claramente establecido en la primacía del poder continental y San Martín se había desprestigiado ante sus oficiales al no ordenar a Arenales la destrucción del ejército español cuando abandonaba Lima rumbo a las sierras.

Esa extraña orden, nacida del espíritu e ideología de Punchauca, prolongaría la guerra tres años, hasta la batalla final de Junín y Ayacucho, ya retirado el libertador argentino. ¿Qué visión trastornaba a San Martín?

Sabía que araban en el mar. Consolidaban una independencia sin contenido. Un grupo de militares, clérigos, abogados y propietarios asumían en nombre de la democracia el gobierno de repúblicas vacías.

La violencia de caudillos, señores de la guerra y explotadores era más grave que la placidez de la colonia española en ese siglo de decadencia final. No se podía hacer nada vital con esos pueblos anonadados.

El, Belgrano y muchos otros habían mitificado al Incario en el Congreso de Tucumán. América era un desierto apenas poblado por entes vaciados que miraban pasar las tropas de sus libertadores con total indiferencia, esperando que se asentase de una buena vez el polvo alimentado por los cascos.

¿Para qué querían la independencia si no podían reencontrar los dioses que les habían matado? El teocidio fue la clave del genocidio de la conquista.

Para San Martín todo era una desilusión. Esos pueblos vivirían muchas décadas de desastres. Quedaban enfrentados a la nada y a la anarquía.

Como la Argentina, todos nuestros pueblos serían envilecidos en guerras civiles y en el triunfo de caudillos efímeros. Quedarían cortados del mundo de los países centrales sin alternativas culturales eficientes.

Cortados del mundo de la civilización occidental, volveríamos a ser meros desiertos en los confines.

Leguas vacías, alguna posta entre espinillos, jaurías de perros cimarrones y la bendición de alguna torre caleada de campanario señalando la ciudad, con su señoría ignorante y con todo el tedio de la incultura de los universos marginales.

Había que conseguir la independencia, pero organizando monarquías constitucionales con príncipes españoles y europeos para quedar vinculados vitalmente con la cultura y con el progreso del siglo.

Reunión en Punchauca

Esta convicción nacida de sus cabalgatas americanas se transformó en obsesión y fue el tema de la reunión de Punchauca, un año antes de ese encuentro en Guayaquil, cuando el 2 de junio de 1821 se reunió con el virrey de Perú, en plena guerra y antes de la caída de Lima.

El general Mitre, que consideró una entelequia el plan de San Martín, destacó la reunión de Punchauca como el paso político más trascendental en la vida del Libertador.

San Martín puso como base el reconocimiento de la independencia de Perú por parte de España. Se entronizaría a un príncipe español como monarca constitucional. Se nombraría un consejo de regencia hasta la llegada de aquel príncipe.

El virrey y San Martín podrían viajar para presentar el tema ante la Corte de España. Cesaría el sistema colonial y entrarían en el siglo de los ideales liberales afirmando la realidad cultural occidental. El virrey y sus generales liberales exultaron con el plan.

Hubo brindis, exaltados. La penosa guerra y las matanzas concluirían en una renovación de progreso mutuo basado en la cultura común.

Lo que aceptaron el virrey y sus generales fracasó en los pasillos de Madrid, donde los burócratas pensaban que podían todavía reconstruir el imperio de Felipe II.

San Martín entró en Lima poco después.

El Libertador jugó su última carta ante Bolívar en Guayaquil. Pero para entonces Bolívar ya pensaba en la monocracia vitalicia. Expresó que no admitiría que vinieran Borbones, Austrias ni ninguna otra dinastía europea diferente de nuestra masa.

En cuanto a España, afirmaba que no bastaba romper con España, sino que "era indispensable también romper con todas sus tradiciones de gobierno y administración, y entre ellas con la tradición monárquica".

Todo estaba dicho, y brutalmente dicho. El general San Martín le diría a su yerno Balcarce: "Bolívar me trató con grosería".

Terminada la reunión, hubo una espléndida cena con baile. El hombre de perfil de senador romano del acto de la mañana se movía feliz bailando incansablemente entre mujeres bellas y oficiales con sus entorchados.

San Martín se apartó sigilosamente y dijo a Guido: "No puedo soportar este bullicio, nos vamos ".

Y se embarcó en el Macedonia, hacia Perú, para renunciar a todos sus cargos y emprender después el largo exilio, mientras la anarquía dominaba el continente.

Nadie había comprendido lo que culturalmente se consolidaría como realidad un siglo más tarde.


Por Abel Posse
Para LA NACION 

El autor es novelista y miembro del Instituto Sanmartiniano de Perú.

Especial de Fiestas Patrias: La Batalla que se Ganó sin Disparar un solo Tiro

La batalla de Junín, fue uno de los ultimos enfrentamientos que sostuvieron los ejércitos realista e independentista, en el proceso de la independencia del Perú, y que significo el principio del fin del virreinato peruano.

La batalla se desarrolló en la pampa de Junín, el 6 de agosto de 1824; que con la victoria del ejército independentistas, aumentó la moral de las tropas.

Cuando San Martín dejo el Perú; Simón Bolívar, el Libertador y Presidente de la Gran Colombia continuó la guerra de emancipación del Perú.

En el año 1824 los realistas se sostenían aún en la sierra central y el Alto Perú. Mientras que Bolívar tenía en su ejército más de 8.000 hombres, número similar al del ejercito realista.

Las fuerzas realistas estaban dispersas entre el valle del Mantaro y Alto Perú; debido a la sublevación del General Realista Olañeta en el Alto Perú, la cual fracturó la defensa del virreinato, y obligó al Virrey La Serna a mandar sobre el Alto Perú una parte importante de sus ejércitos al mando de Jerónimo Valdez, que constaba de unos 5.000 soldados regulares que tenían su base en Puno.

Bolívar conociendo esta ventaja aprovechó la oportunidad, y en junio de 1824 enfila su ejército hacia la sierra central del Perú para aislar a las solitarias fuerzas Realistas del general José de Canterac situadas en el norte.

El 2 de agosto Simón Bolívar pasó revista a su ejército en el llano de Rancas, y terminó con estas magistral discurso:
¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud. ¡Soldados! Los enemigos que vais a destruir se jactan de catorce años de triunfos; ellos, pues serán dignos de medir sus armas con las vuestras que han brillado en mil combates. ¡Soldados! El Perú y la América toda aguardan de vosotros la paz, hija de la victoria, y aún la Europa liberal os contempla con encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del Universo. ¿La burlaréis? No. No. Vosotros sois invencibles.
El 6 de agosto Canterac marchaba apresuradamente alrededor del lago de Junín tratando de evitar el combate con Bolívar. Esa tarde el Ejército Unido había cruzado el río Grande a la altura de Rumichaca, al llegar a una elevación pudieron observar al ejército realista en retirada acercándose a la llanura de Junín.

Sin perder tiempo Bolívar le ordeno a 900 jinetes de la caballería indendentista para intentar detener a los realistas mientras la infantería los alcanzaba. Viendo esto Canterac le ordenó a caballería realista que ataque a la caballería enemiga.

Aunque el terreno era difícil, la caballería destacada por Bolívar marchaba en columnas por un espacio angosto entre un cerro y un pantano.

A la cabeza de la caballería iba el regimiento de Granaderos de Colombia que era comandado por Felipe Braun, seguido por el escuadrón de Granaderos de los Andes al mando de Bruix, el de Coraceros del Perú del comandante Suárez, y el regimiento de Húsares de Colombia del coronel Silva.

Mientras la caballería independentista salía del trecho por el que venía y comenzaba a formarse en la pampa fue atacada por la caballería realista antes de que todas las unidades independentistas lo hubiesen logrado.

Miller al no poder flanquear por la derecha como le fue ordenado se vio obligado a cargar de frente.

Braun y Sandoval con varias compañías del Granaderos de Colombia rompieron con su primera carga la izquierda realista y empezaron a atacar la retaguardia de la izquierda realista.

En esos momentos el resto de los Granaderos y Húsares colombianos se retiraron perseguidos por los realistas y volvieron caras para atacar a la caballería realista que los perseguía.

Miller se retiro y ejecuto la táctica de fingir la retirada tras lo cual volvió y ataco la caballería realista que lo seguía mientras que el escuadrón de Suarez hacia lo mismo por detrás de sus perseguidores.

Arrojados los realistas a la llanura la caballería independentista cargo contra los jinetes realistas quienes se habían dividido en grupos.

Bolívar mando a llamar varias compañías de granaderos, pero para cuando llegaron la lucha había terminado. La batalla fue encarnizada. El combate se libró solamente con el sable y la lanza sin registrarse ningún disparo.

El ejército Unido obtuvo una importante victoria. El resultado de esta batalla, fue de 248 muertos y heridos y 80 prisioneros para el bando realista y de 143 soldados muertos y heridos entre los independentistas. De ese total, 64 soldados pertenecían al regimiento Húsares del Perú.

En reconocimiento a la brillante acción de la caballería peruana, a partir de entonces, el general Bolívar le cambió el nombre de Húsares del Perú por el de Regimiento Húsares de Junín.

Todo el enfrentamiento duró aproximadamente cuarenta y cinco minutos a una altura de 4.100 metros sobre el nivel del mar.

Con el triunfo en la Pampa de Junín la victoria completa ya estaba a las puertas.

jueves, 26 de julio de 2018

Especial de Fiestas Patrias: Las Fiestas Patrias y la Gastronomía Peruana


Especial de Fiestas Patrias: Las Fiestas Patrias y la Gastronomía Peruana


Gastronomía: Orgullo Peruano

Celebrar Fiestas Patrias en el Perú implica tradiciones ineludibles, la parada y el desfile militar, el Tedeum y el clásico discurso a la nación del Presidente. En este contexto, el mes de julio se convierte en una fecha para celebrar a lo grande y con lo mejor de nuestro país. Cuando hablamos de celebrar al Perú en su festividad más importante del año no podemos dejar de lado el elemento principal: su gastronomía. 


Al Perú se le conoce por su sabor, su sazón y esa pizca de picante que todo peruano debe tener en su mesa. Unas Fiestas Patrias sin la comida típica no es una verdadera fiesta.

Arte con sabor

La fabulosa experiencia que nos ofrece el arte de preparar alimentos puede reducirse a una simple palabra: la cocina. Sin embargo, esta actividad imprescindible para los seres humanos, no es más que la mera expresión de las culturas que se han desarrollado en distintas partes del mundo. Y cada una de ellas, a su modo, ha sabido ponerle un toque distintivo, que determina la variedad de oferta culinaria desde siempre; y para orgullo nuestro: la gastronomía peruana es una de las mejores en el mundo.

Esta actividad asociada al arte de comer bien y disfrutar, saborear y sentir placer por los alimentos, ha sabido llevarnos hasta los mejores lugares del mundo, dejando bien en alto el nombre del Perú. Esta es una de las razones por las que se puede afirmar que hay todo un replanteamiento de la gastronomía peruana; en donde el uso de los ingredientes ancestrales, fusionados con las actuales, ha logrado alcanzar una nueva era en la gastronomía.

Gracias a estas mejoras, al reconocimiento público e internacional de nuestra comida y sobretodo de nuestra cultura, y a la revolución gastronómica que vivimos actualmente, la comida es un elemento importante en una celebración tan propia como lo es las Fiestas Patrias. Y para conmemorarla, eventos como la "Noche de la cocina peruana" de Inca kola y las "Siete maravillas gastronómicas del Perú" tienen, desde hace algunos años, la misión de celebrar a lo grande esta festividad.

En la costa, en la sierra y en la selva

Gracias a la diversidad biológica de nuestra tierra, el Perú tiene el privilegio de contar con platos variados pero sabrosos por igual. Evidentemente, nuestra comida es reconocida de manera regional; por tanto, encontramos marcadas diferencias en distintos departamentos.

La comida norteña, se disfruta con gran pasión; el arroz con pato, el seco de chavelo (plátanos verdes asados y servidos con guiso de caballas), el cabrito con frejoles (preparado con chicha de jora), el shámbar (sopa norteña con carnes y menestras) y el sudado de cangrejos dejan siempre perplejos a los amantes de comida marina.

En Lima se puede disfrutar de manjares en los que convergen las diversas influencias externas y todas las cocinas regionales del Perú. El ají de gallina, la causa limeña, el arroz con pollo, la carapulcra, papa a la huancaína o la ocopa, el lomo saltado y el tradicional anticucho.

La comida serrana mantiene aún la relación pagana con la naturaleza y está presente en todas sus celebraciones. La comida más representativa de esta tradición es la pachamanca, para la cual se construye un horno en la tierra, donde se cocinan las papas, habas, choclos y diferentes carnes, acompañadas de hierbas y especias. 

Mientras que en la selva, los ingredientes regionales han dado como resultado comidas frescas y nutritivas; prueba de ello es el paiche, la cecina, el tacacho o el juane.

Para celebrar estas Fiestas Patrias a lo grande no es necesario viajar muy lejos ni gastar mucho dinero. Esta ocasión hay que recordar que celebramos a nuestro país, un lugar del que muchas veces renegamos, pero que nos ofrece tantas cosas maravillosas y que muchas veces no reconocemos a primera vista. Este 28 y 29 de julio, conoce el Perú y ¡disfrútalo!

Y para ti , ¿Cuáles son los mejores platos que tiene el Perú?, ¿Cuáles son tus favoritos?



Fuente: Universia Perú

Especial de Fiestas Patrias: ¿Cuál es la Diferencia entre un Prócer y un Precursor?

¿Cuál es la Diferencia entre un Prócer y un Precursor?


Diferencia entre Próceres y Precursores


Cada 28 de Julio, los peruanos nos contagiamos en un sentimiento grandioso, como es el recuerdo de la Independencia de nuestra patria del dominio español.


En esta fecha, no solo se debe recordar al libertador Don José de San Martín sino que se debe tener presente, el aporte de hombres y mujeres que ofrendaron sus vidas en favor del grito de libertad, aquellos precursores y próceres de nuestra patria, que no sólo aportaron en el combate emancipador con sus ideas, sino también con sus acciones contribuyeron a fortalecer la conciencia de libertad en cada peruano.

Precursores:

Fueron aquellas personas de amplia visión, que con sus ideas o acción propugnaron la independencia del Perú, preparando el terreo para posteriores realizaciones o acontecimientos. 

Principales precursores del Perú:

  • Juan Pablo Viscardo y Guzmán
En Francia, entre 1782 y 1791, terminó de redactar su famosa Carta a los Españoles Americanos, un documento fundamental del pensamiento libertario americano. Esta carta, escrita en francés, aparece primero, gracias al prócer venezolano Francisco de Miranda, en 1791, y circuló clandestinamente. En 1801 se publicó en español.
  • Manco Inca
Escapó de los ejércitos de Atahualpa en Cusco y ofreció ayuda a los conquistadores españoles creyendo que lo liberarían de las "malignas tropas de Quito". Lo nombraron Emperador inca, pero después de los múltiples abusos que cometieron con él y su pueblo, decidió escaparse y rebelarse. En 1536 casi libera Cusco y expulsa a los españoles, sin embargo se refugió en Vilcabamba al tener que dar de baja a sus tropas por el excesivo tiempo que estaba tomando la guerra.
  • Juan Santos Atahualpa
Se dice que fue descendiente inca nacido en Cuzco y criado por los jesuitas. Aprendió castellano y latín. También se dice que viajó a España, Angola, Inglaterra, Francia e Italia, aprendiendo italiano y un poco de francés. Regresó al Perú y allí fomentó una rebelión al comparar el viejo mundo con la dominación española ejercida en Perú.  Se hizo proclamar Apu Inca, descendiente de Atahualpa. Su meta era restaurar el Imperio inca aniquilando a los españoles y sus costumbres.
  • Túpac Amaru II
En el Perú ha sido reconocido como el fundador de la identidad nacional peruana. En 1780 se inicia el movimiento militar de José Gabriel Condorcanqui contra la dominación española, adoptando el nombre de Túpac Amaru II, en honor de su antepasado. Al comienzo el movimiento reconoció la autoridad de la Corona ya que Túpac Amaru afirmó que su intención no era ir en contra del rey sino en contra del «mal gobierno» de los corregidores. Más tarde la rebelión se radicalizó llegando a convertirse en un movimiento independentista.
  • Francisco de Zela
Zela es conocido por dar el primer grito libertario del Perú en la ciudad de Tacna el 20 de junio de 1811 es un intento para lograr la independencia del Perú. Zela fue apoyado por un numeroso grupo de criollos, mestizos e indígenas, entre ellos el cacique de Tacna, Toribio Ara, junto a su hijo José Rosa Ara y el cacique de Tarata y Putina, Ramón Copaja.
  • Mateo Pumacahua
Durante la rebelión de José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II), entre 1780 y 1781, contribuyó a la causa realista con pertrechos y hombres. Paralelamente, ganó prestigio entre la nobleza inca, siendo elegido Alférez Real de Indios Nobles del Cuzco en 1802.
  • Mariano Melgar
Poeta, pero también integrante en la lucha por la independencia del Perú frente a España. En Literatura, es considerado como el iniciador de la etapa del Romanticismo en América.
  • Micaela Bastidas
Esposa de Túpac Amaru II, tuvo como primer maestro ideológico al propio José Gabriel, quien había adquirido una sobresaliente formación, tanto en el Cusco como en Lima, en múltiples reuniones, incluso ligadas a grupos masónicos en las que forjó su acendrado espíritu separatista.


Próceres:

Fueron todos aquellos patriotas que colaboraron en la emancipación del Perú, del Reino Español.

Principales próceres del Perú:

  • Hipólito Unanue
Fue médico, naturalista, meteorólogo, político, precursor peruano de la independencia, reformador de la medicina y fundador de una escuela médica muy relevante en la época, conocida como San Fernando.
  • Toribio Rodríguez de Mendoza
Es considerado habitualmente un precursor ideológico de la independencia del Perú, y lo es efectivamente en el sentido profundo de sembrador de ideas que, en su desarrollo, conducirían a la independencia.

miércoles, 25 de julio de 2018

Especial de Fiestas Patrias: La escarapela no es un simbolo patrio pero que bien se luce en nuestro pecho

La escarapela no es un simbolo patrio pero que bien se luce en nuestro pecho


Recientemente leí una carta en Peru21 en el que un lector decía que la escarapela no es un símbolo patrio, y me puse a estudiar un poco del tema.

Aunque el lector tenía razón en su afirmación, lo que si podemos concluir es lo bien que se luce en nuestro pecho y que es una muestra de nuestro amor por el Perú.

En Wikipedia encontré una definición muy interesante de la escarapela

La escarapela del Perú es un distintivo nacional de los peruanos. Dispone los colores de la cinta al igual que las de la bandera. No existe un año determinado como inicio del uso de la escarapela por los peruanos sino que más bien, el inicio de este uso se encuentra enterrado en la historia republicana del Perú. No existe una regulación que obligue a su uso, porque oficialmente no es un Símbolo Nacional del Perú. No obstante, está muy arraigada la costumbre de su uso durante el mes de julio en las instituciones estatales y en algunas privadas a nivel nacional. Se utiliza comúnmente prendida, a manera de insignia, en el lado izquierdo del pecho durante todo el mes de julio, en el que se celebran las Fiestas Patrias del Perú. Originalmente de tela, la escarapela luego adoptó formas más prácticas, siendo utilizada mayoritariamente en forma de prendedor de metal.